jueves, 12 de marzo de 2020

Uso sexista del lenguaje.


A través del uso sexista del lenguaje, a las mujeres se les intenta hacer daño haciendo referencia a su aspecto físico o a su manera de vestir como a Mary Beard, que en 2015 recibió multitud de insultos a través de las redes sociales debido al ideal de belleza femenina remarcado por los medios de comunicación durante tantos años.

Muchas personas, que se escudan bajo el anonimato, usan el insulto cuando no comparten la misma opinión de quien escribe en lugar de rebatirla con argumentos porque es la opción fácil, con la que no necesitan pensar ni reflexionar y porque lo que buscan es ofender y dañar. Muchos hombres y algunas mujeres, se dedican en las redes sociales a despreciar, insultar, acosar y humillar a toda cuanta mujer alza la voz y habla (o escribe) en contra de ideas machistas, xenófobas, racistas...Y también a algunos hombres, no nos olvidemos, aunque en menor medida porque también son menos los que se manifiestan.

Por poner algunos ejemplos recientes, cuando se hizo viral el discurso de Greta Thunberg muchos y algunas la tildaron de histérica, estúpida, marioneta, patética, loca, niñata, entre otras lindezas.

Otro ejemplo, hace unos meses, en una concentración feminista en Santiago de Compostela cuando un grupo de manifestantes reunidas entonaron la canción “Un violador en tu camino” un joven que pertenecía al grupo Nuevas Generaciones del PP, al ellas terminar de cantar, una vez reinaba el silencio, gritó: “ahora para casa a hacer la cena”. La penalización por este comentario, cuya intención era burlarse de todas las mujeres allí presentes, fue darse de baja del partido político al día siguiente, nada más.

Con esto, lo que quiero dar a entender es que no se está haciendo suficiente para castigar la violencia machista, ni la física ni la psicológica (que desgraciadamente conocemos un sinfín de episodios) y mucho menos la verbal que podemos ver todos los días a todas horas en las redes sociales, sobre todo, en Twitter.  





Respecto a la manera de agredir según el sexo, a los niños se les agrede más veces de manera física (empujones, zancadillas, patadas, puñetazos…) cuando se les considera diferentes o porque no actúan, visten o juegan como marca el rol de género o se les insulta de manera despectiva con términos afeminados como “nenaza”, “pareces una niña”…En cambio, con las niñas, aunque no en todos los casos, se utiliza más el insulto verbal atacando su aspecto físico o su capacidad mental.  

Bajo mi punto de vista, los insultos no afectan de manera desigual según el sexo. No a todas las mujeres les afecta de la misma manera ni a los hombres les duele igual un insulto u otro ni viceversa. Depende mucho de cómo te hayan criado, de tu autoconcepto y autoestima, la resilencia, etc.

En el caso de algunas mujeres, recibir insultos suele generar incomodidad con el propio cuerpo, estado de ánimo bajo y pérdida de autoestima. Y aquellas que aspiran a figuras de modelos, actrices, y presentadoras televisivas con cuerpos delgados (con esto no ataco a las mujeres que son delgadas por metabolismo o porque realizan dieta sana y ejercicio), a lo que me refiero es a que como no hay en los medios de comunicación suficientes referentes con distintos cuerpos, muchas adolescentes podrían verse envueltas en trastornos graves como la anorexia o la bulimia para conseguir la aceptación de la sociedad, puesto que los cuerpos fitness son los que más se ven, los que aparecen en los medios , y hacen creer que estando delgada se tendrá éxito en la vida.

Por otro lado, es cierto que esta situación está cambiando y, hoy en día, gracias también a las redes sociales, podemos elegir el contenido que queremos ver y existe diversidad de cuerpos, mentalidades, y orientaciones según lo que elijas ver. Pero, en términos generales, aún hay cánones de belleza establecidos que, a día de hoy, corresponden con estar delgada o delgado y, musculada o musculado.

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